Desde el principio de los tiempos han existido los incendios forestales. Antes de que el hombre existiera, éstos se iniciaban por factores naturales. Hoy en día el porcentaje de éstos es mínimo en comparación con la inmensa mayoría que son provocados; bien sea por negligencia, por intereses económicos o por problemas psiquiátricos (pirómanos).
Si comenzamos a hablar sobre cada uno de estos tipos, en el caso de los incendios naturales, poco podemos hacer para evitarlos más que realizar una gestión eficaz de los recursos naturales, pero existe una forma evidente en la que podemos disminuir sus efectos: si mantenemos las masas forestales correctamente cuidadas. Dígase, limpieza, que luego evita la rápida propagación o facilita el uso de adecuados medios de extinción.
Los ocurridos por negligencia (pues los accidentes fortuitos creo que se cuentan con los dedos de la mano, aquellos debidos a intereses económicos y los provocados por pirómanos deben ser sus causas reducidas y anuladas por las instituciones competentes) son los que realmente podemos atajar con una serie de medidas y con información clara y precisa, que aprovecho para exponer de la mejor manera posible en este post.
En contestación a la pregunta sobre dónde y cuándo se puede hacer fuego, el común de los mortales desde la tranquilidad de nuestra casa, ahora mismo, mientras estamos sentados delante del ordenador, lo tenemos muy claro y nuestro sentido común nos dice que si hay viento, mucho calor, el monte no está limpio, la humedad es muy baja o el lugar no está preparado (barbacoas, agua cerca, etc) no se debe hacer fuego porque existe un riesgo elevado de provocar un incendio o que al menos pasemos algún apuro con las llamas, ascuas o «chispillas». Pero el problema surge cuando salimos de casa, nos vamos al monte con los amigos, la familia o en otras circunstancias programadas. Es en ese momento donde nuestro sentido común lo dejamos en frente del ordenador de casa mientras leíamos este mismo blog o cualquier otra cosa, y nuestras ganas de pasar un buen rato o hacer una barbacoa con los amigos anulan nuestra percepción del riesgo y dejamos de valorar si es el momento y el lugar adecuado.
DÓNDE: Hoy en día la idea de hacer un fuego en el suelo rodeado de piedras como en los dibujos de Yogui es impensable y la legislación de todas las Comunidades Autónomas lo prohíbe expresamente, dejando únicamente la opción de lugares habilitados. Que entendemos se trata de aquellos preparados. No obstante no siempre estos lugares están correctamente adecuados; aseguraos de que tenéis agua cerca y que está correctamente orientado en sentido contrario al viento por poco que haya.
CUÁNDO: Esto puede resultar más complicado pues los factores a tener en cuenta son muchos, siendo la meteorología y el estado de la masa forestal los principales. En Galicia lo tenemos más facil pues la Consellería do Medio Rural nos facilita el siguiente enlace (IRDI) en el que nos indica el Indice de Riesgo de Incendios y su legislación prohíbe cualquier fuego, incluso en zonas habilitadas, cuando el riesgo es muy alto o extremo. En el resto de comunidades cada gobierno autonómico elabora calendarios con fechas de riesgo alto en las que se prohíbe las quemas y fuegos.
El causante de un incendio forestal bien sea por imprudencia o el que actúe con intención (que los hay, desgraciadamente la mayoría) se enfrenta a condenas desde seis meses a 20 años de cárcel y sanciones económicas de parecidas características. Graduando estas penas dependiendo de la magnitud y riesgo para las personas que haya existido como consecuencia del fuego provocado.
Desde aquí abogamos a vuestro sentido común y os pedimos que no lo dejéis en casa, que habrá muchos días que en lugar de unas costillas sea mejor comer una tortilla y unos filetes empanados.