El aguilucho cenizo en Andalucía (I)

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Los amplios campos del oeste gaditano, desde la costa de Rota pasando por Sanlúcar, Trebujena, Lebrija… hasta Sevilla y más allá… es una zona cerealística de gran importancia. Aquí es donde las aves esteparias, aves de amplios lugares abiertos encuentran cobijo y lugar donde vivir y desarrollarse. Entre ellas, las cazadoras más adaptadas de estos parajes, los aguiluchos.

Parte de un trigal en Rota donde se asienta una colonia de aguilucho cenizo desde hace unos años.

En concreto, el aguilucho pálido (Circus cyaneus) y el aguilucho cenizo (Cyrcus pigargus). Yo me presento como un gran desconocedor de estas aves rapaces debido a su escasez en la costa gallega de donde soy oriundo, pero estos días no he podido sino fascinarme con sus estrategias. Existen otras aves rapaces que también resulta típico poder observar en estos llanos infinitos del color amarillo del trigo y del color verde del girasol y el algodón… pero finalmente la puesta la tienen que realizar en un árbol como los milanos, o en un risco como los cernícalos…


Hembra de aguilucho cenizo, vociferando alarmada por nuestra presencia en el camino que cruza el trigal. En esta vista ventral se aprecia como sobre la librea blanca se asienta una coloración parduzca, barreado horizontal en las alas y con lágrimas en el pecho, los machos por la contra son más claros, con ciertas pintas salpicadas de color rojizo por pecho y abdomen.

Pero los aguiluchos no. Ellos son capaces de criar en el mismo suelo. Son esteparios 100%!. No necesitan los árboles o los riscos, como el resto de sus primos para poder anidar. Los aguiluchos, pueden formar un nido, un pequeño cuenco en un tapiz de trigo expresamente cortado y colocado para la ocasión  en el suelo, en medio del trigo ya seco por lo avanzado de la estación. Allí, la hembra se sienta a incubar y el macho le aporta el alimento.

Trigal, en la foto se aprecia lo tupidos que son los campos de este cereal, cobijo de un montón de especies esteparias.

Y qué forma de aportar alimento! Qué forma de cazar! Su silueta en determinadas posiciones e inclinaciones me recuerda muchísimo a azores y gavilanes, esa cola tan estrecha y alargada para timonear  y conseguir las mejores maniobras y quiebros en espacios mínimos, y esas alas poderosas (claramente más estrechas que sus primos de los bosques) con un batir nervioso, siempre preparado para una aceleración instantánea a la busca de algún pajarillo, insectos, culebras y lagartijas que se atrevan a asomarse en los campos. Son auténticos «sprinters» del aire, su vuelo ecléptico a baja altura por encima de los campos, les permite asustar a alguna presa potencial, que asustada sale de su escondite, y ya en el aire es muy difícil librarse de un aguilucho… Un carrera frenética entre depredador y presa acaba finalmente, con una mínima rozadura de sus afiladas uñas en el cuerpo del pajarillo, lo desestabiliza, y ya con un último quiebro final le clava sus garras.

Estos últimos días, Paola, Patri y yo, hemos echado unas cuantas horas, en un campo de trigo al norte de Rota. En ese lugar, increíblemente se juntan al menos 7 parejas de aguilucho cenizo. Campeando y tratando de cazar, rastreando cada milímetro del terreno en un incansable ir y venir. Distinguir su comportamiento, sus pautas y conocer mejor estas especies no va a ser fácil. No tienen nada que ver, con otras aves rapaces a las que estoy acostumbrado, su carácter de vida en la llanura abierta me tiene desconcertado. Aún no he encontrado ni siquiera sus posaderos para poder recoger egragópilas y conocer así su dieta en esa zona, para así conseguir  más pistas sobre su biología.

El aguilucho cenizo es una de las aves rapaces con unas mayores tasas de mortandad en cuanto a la cría se refiere. Su obcecación por anidar en medio de los trigales, no puede sino llevarles a una muerte segura bajo la segadora. En la Junta de Andalucía se llevan a cabo diversas estrategias de conservación y concienciación al respecto, aquí tenéis más información. Sin embargo, desgraciadamente, la crisis también afectó al programa de conservación del aguilucho, este año no se marcarán nidos, no se protejerá una especie considerada vulnerable, con unas 250 parejas en el censo del 2006 en la provincia de Cádiz.

Al atardecer, un pollo volandero de aguilucho cenizo, apareció como una mancha oscura en medio del trigal. Fijaros que en la parte superior de la cabeza aún le quedan restos de plumón.

Os seguiré contando como estos días nosotros hemos aportado nuestro granito de arena…

Continuará…

2 Comentarios

  1. vaya, sobresaliente xurxo, nos es menos de lo que merece esta rapaz poco reconocida y desconocida para muchos, yo si la he observado algunas veces y coincido contigo en su manera de comportarse,los aguiluchos estan adaptados como ningunos a la vida esteparia…y poder disfrutar con ellos de esos paisajes, habra sido maravilloso,,,,que suerte el nene :)

  2. Gracias Domingo! La verdad es que ha sido para mí una experiencia inolvidable, unos bichos como estos son absolutamente diferentes a cualquier otra ave rapaz. Muy muy interesante, ya os iré contando que hay mucho más…

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