La huella del ser humano en el planeta

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El día que realicé el cálculo de mi huella ecológica y dio como resultado que si la población mundial llevará una media de consumo como la mía harían falta tres planetas como el nuestro para poder seguir viviendo, me planteé mi vida y, con ello, la de mi familia.

Foto: Xurxo Gago

La huella ecológica es un indicador de la demanda humana que se hace de los ecosistemas relacionándola con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar los recursos naturales. Cultivos, pastos, bosques y sistemas acuáticos, son los ecosistemas ecológicamente productivos para generar recursos necesarios para la población. Además, hay que tener en cuenta, que el consumo de recursos da como resultado unos residuos y, éstos deben ser también asimilados.

¿Para qué sirve la medición de la huella ecológica? Su principal objetivo es la evaluación del impacto sobre el planeta de un determinado modo de vida y relacionarlo, como dije anteriormente, con la capacidad ecológica de la Tierra. Es un indicador significativo para la sostenibilidad. Aunque el cálculo de la huella ecológica es complicado, una de sus principales ventajas es la posibilidad de poder comparar, por ejemplo, las emisiones originadas al transportar un bien en concreto con la energía necesaria para generar el producto sobre la misma escala. El propio cálculo es su principal desventaja, ya que a veces, resulta casi imposible realizarlo. En cualquier caso, existen distintas técnicas estadísticas a partir del estudio de los recursos que consume una persona, los residuos derivados y la cantidad de terreno utilizado para crear infraestructuras. Aunque este indicador integra un amplio abanico de impactos, hay otros aspectos que no están incluidos en el impacto ambiental real, como puede ser la contaminación del suelo, del agua o de la atmósfera, la erosión…

Una vez calculada la huella ecológica, se obtienen las superficies reales de cada tipo de terreno disponible (cultivos, pastos…) y su suma será la capacidad de carga local expresada en hectáreas por habitante. La comparación entre estos dos valores, permite saber el nivel de autosuficiencia del ámbito de estudio. Si el valor de la huella ecológica es mayor que la capacidad de carga local, la región presentará un déficit ecológico. Por tanto, el déficit ecológico nos muestra que un territorio no es autosuficiente, ya que consume más recursos de los que dispone. Este hecho nos indica que la comunidad está hipotecando y haciendo uso de superficies de las futuras generaciones.

Foto: Eva Chueca González

Aquí os dejo un enlace para que podáis realizar un cálculo aproximado de vuestra huella ecológica, y así, reflexionar sobre vuestra forma de vida.

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