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En el oceáno abierto: marcaje con transmisores y distribución de depredadores-presa

El hábitat pelágico oceánico es inmenso. En esencia lo podríamos comparar con un gran desierto donde presas y depredadores se desplazan según condicionantes que aún ahora empezamos a descifrar vagamente.

Recientemente la tecnología aplicada al ambiente marino se ha desarrollado de tal forma que los investigadores pueden comenzar a adentrarse en la ecología espacial de estos errantes. En esta línea disponemos de herramientas que nos ayudan a posicionar los individuos estudiados, conocer las profundidades a las que se mueven,  rangos de temperaturas preferidos, ritmos circadianos, patrones de buceo, etc.

Dependiendo de los objetivos que queramos cubrir, y de las especies que queramos estudiar, podremos decantarnos por un tipo de tecnología o por otro. Los agrupamos según sus características y funciones: los transmisores de registro (archival tags), los transmisores que poseen ARGOS para transmisión, aquellos basados en GPS para posicionamiento, y finalmente los denominados PAT (Pop-up Archival Transmitting).

Los primeros están pensados para registrar y memorizar datos de profundidad, temperatura ambiental, luminosidad (con la que se puede calcular localizaciones) en lo que si no incorpora un sistema de transmisión de datos, por lo que es necesario recuperarlos para descargar los datos al computador. Este problema de recuperación física del artefacto se soluciona con sistema ARGOS, tecnología capaz de enviar o transmitir datos a través de un satélite, para posteriormente servirla en nuestros ordenadores.

En el caso de animales que apenas se acercan a superficie, se puede utilizar el nivel de luminosidad para posicionarlos según las horas de luz y oscuridad. Si la especie a estudiar pasa largos períodos en superficie, o está obligada a salir para respirar, se puede utilizar GPS (mediante una localización rápida, tecnología Fastloc) para los posicionamientos, mucho más exacto.

Finalmente los PATs han sido diseñados para el seguimiento a gran escala de peces de gran porte y otros animales que no se mantienen demasiado tiempo en superficie. Son los más utilizados para el estudio del comportamiento de los grandes tiburones. Se basan en el sistema ARGOS para la transmisión de resúmenes de los datos, una vez que se ha desprendido el transmisor previamente programado.

Los animales donde se está aplicando esta tecnología puntera son, por ejemplo, leones marinos, focas, tortugas marinas, cetáceos, túnidos, pingüinos y, cómo no, tiburones.
Para el caso concreto de los escualos pelágicos nos centramos fundamentalmente en dos productos disponibles en el mercado especializado: los Pop-up Archival Transmitting Tag (PATs) y los Smart Position or Temperature Transmitting Tag (SPOTs).
Los primeros pueden ser instalados mediante una cabeza de acero directamente en el músculo, o perforando la aleta dorsal para pasar el anclaje y que el transmisor quede colgado hacia la parte posterior. Los segundos se colocan siempre en la aleta dorsal con tres perforaciones y sus correspondientes tornillos. Estas maniobras se realizan siempre con las máximas precauciones y garantías de seguridad, ya que cualquier despiste puede resultar caro (próximamente hablaremos más extensamente de cómo los marcamos).

Los investigadores que empezaron a aplicar esta tecnología para el estudio de los tiburones pelágicos en nuestras aguas son los doctores David Sims (MBA) y Nuno Queiroz (CIBIO), con los que colaboramos estrechamente en este tipo de proyectos. Su última publicación más relevante, en la prestigiosa revista Nature, versa sobre los movimientos de Levy y Brownianos de especies pelágicas predadoras.
Environmental context explains Lévy and Brownian movement patterns of marine predators

En él se demuestra como en ambientes con poca disponibilidad de alimento, los predadores mantienen comportamientos de búsqueda complejos denominados “Levy Flights” (vuelos de Levy) con los que se dirigen a zonas de concentración de alimento mediante trayectorias más o menos rectilíneas. Por el contrario, las especies ligadas a zonas de plataforma continental muestran comportamientos más aleatorios (movimientos brownianos), no tan definidos, al existir mayor disponibilidad de alimento. Vía Ecología Azul.

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