Parque Nacional del Vesubio

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Ir de vacaciones a Italia Meridional y Sicilia, implica obviamente, además de visitar cuanto museo y ruina que se precie, subir a algún monte. Y si el monte viene precedido de la palabra volcán allá que se va uno, aunque ande con muletas y orden de reposo.
Luego de patear durante nueve horas Pompeya, viendo aparecer entre las ruinas al famoso responsable de ésta magnífica y poco cuidada obra de arte de la arqueología, decidimos que teníamos que subir.
En la oficina de Turismo, son renuentes a darte información para subir por libre al parque, en primer lugar te alaban las maravillas de un servicio, que te recoje allí y te sube a 900 metros de altitud para así hacer los últimos 300 metros hasta coronar el cráter, donde un guía por unos módicos 6,50 euros te explicará todo. El total, 16,50.
Ante nuestra insistencia garabatean en un mapa, por dónde va la carretera que nos sube a la entrada del parque.
Pese a ser buenos orientándonos, pese a buscar detalles e informaciones, terminamos dando en una carretera de subida al Vesuvio, que se interrumpe con una reja en una suerte de trampaturistas, donde un tío te malencara y te dice que la carretera al monte se acaba alli. Que está prohibido pasar. Que los camiones ya están por partir. Después de dos horas de deambular por villas de bodas y restaurantes horteras con fuentes y estatuas pseudo romanas, estás tan hasta el moño que dices vale, cuánto es? Por 18, 50 por cabeza nos meten en unos Mercedes que para dar sensación de aventura tiran de una amortiguación exagerada por una pista, que está tan bien que cualquier gallego hacía piruetas. Quisieron pegarnos en el pecho una pegatina, para que no nos perdiéramos y ante nuestra cara de mala uva, nos la dejaron en la mano con la indicación de no perderla y de estar en «la base» a las 13. Y todo ésto gestionado por gente del Parque Forestal!
Luego de bajar en una explanada, más lisa que una pista de discoteca, subimos al cráter. La subida es espectacular y alguien habituado a subir monte tarda unos 20 minutos en coronar.
A tus pies toda Nápoles, Pompeya, Herculano y Capri al fondo, en un mar azul profundo.

Arriba nos espera el guía que textualmente nos dice: (pongan acento italiano)
«He aquí el Vesubio, 1250 m. Cráter 1km y medio, profundidad del cráter 400 m. Allí Pompeya. Mucha población. Volcán Activo! Dificil evacuación. Catástrofe! Chau. Por favor no pasar de aquel mirador»
Pagamos 6,50 por esa dosis de conocimiento.


Evidentemente su prohibición de no pasar del mirador, cuando aun quedaba cráter por ver, nos llevó a ir hasta el final, donde nos enteramos que ahí llegaba la ruta libre, la que haces subiendo en tu coche hasta más o menos el mismo nivel que nos subieron los camiones, compras la entrada del parque (6,50) y coronas. Eso sí, si no traes tu coche, o haces los 24 km hasta la base del volcán y luego subes ( si andas de turista es dificil dedicar un día largo) o pagas como campeón, no tienen previsto sistemas de buses públicos.
Yo dije en broma que me parecía todo una mafia. No sabía lo certera que estaba!


El cabreo se pasa ante tanta belleza. Hay fumarolas a un lado del cráter. Huele a azufre. Te sientes frágil y no puedes evitar pensar en la velocidad a la que deberías correr si semejante bicho se despierta. Cuesta creer que hace 50 años las gentes del lugar atravesaban el monte por donde ahora hay un inmenso agujero. Se pasaba andando por la cima, no rodeando como ahora.
El volcán está permanentemente monitoreado. Aunque por ahora hay una buena señal. Se ven animalitos. Pequeños. Pero mientras anden, es que debajo las cosas están en calma.
Completamente distinto al Etna, pero de eso hablamos la semana que viene.


En la izquierda inferior de la foto, se ven unas pequeñas fumarolas que suelta el volcán.


Algo da fauna vesubiana

Y de flora. Escasa en la parte superior, pero de una frondosidad y verde en la parte inferior, que alucinas de ver lo que da la tierra volcánica.

Con semejante transporte nos íbamos a un monte más que decente!

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Actriz, cuentera, fotógrafa, cocinera,amante del vino y las charlas largas,eterna optimista, apta para los toxos (resistencia confirmada en Capítulo 0) miedosa al agua turbia, las cuevas oscuras y las personas de mala fe (aunque si hay que fotografiar desafía lo que haga falta) Mi vida seria y responsable (la que deben leer suegros,cuñados y empleadores) aquí. Axena ha sido para mi un soplo de aire nuevo, de frescura y ganas de hacer "conloquehaya" en medio de un montón de gente que no hace nada teniendo todo. Creo que aporto muy poco a la asociación, solo cuando puedo intento ir a fotografiar en que andan y por sobre todo a aprender a no perder la capacidad de asombro. Los lunes y algún extra, me pueden ver por el blog. Suelo hablar de mi gran pasión, la fotografía, intentando compartir de manera sencilla , algunas herramientas, conceptos y enlaces que ayuden a contar a través de las fotografías el mundo que nos rodea.

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