Esta entrada del blog Saramaganta me llamó mucho la atención y me trajo unos cuantos recuerdos. Fijaros lo que escribe Martiño sobre el post:
«Moitos ofidios teñen nos atropelos unha das súas maiores ameazas. A víbora de Seoane (Vipera seoanei) non é unha excepción. Hoxe tivemos a mala sorte de atopar unha fermosa víbora atropelada. A nosa sorpresa foi maior cando puidemos observar que acababa de engulir a un rato (probablemente un rato de campo ou Apodemus sylvaticus). Para que despois os paisanos digan que as serpes non serven para nada.»
Víbora atropellada con el estómago rebentado del cual salió un ratón. Foto: Martiño Cabana
Detalle del dibujo dorsal típico en zig-zag de las víboras. Foto: Martiño Cabana
Detalle de la cabeza de la víbora. Foto: Martiño Cabana
Y esto me trae recuerdos desagradables de otros ofidios atropellados con los intestinos por fuera con sus presas a medio digestión, como una enorme cobra lagarteira en Baiona, en la subida para los cañones de Cabo Silleiro, también con un ratón. Y de una víbora de seoane en Pobra que debía haber entrado en una rateira con un montón de crías de ratón. La verdad es que todas las serpientes tienen en las carreteras un gran enemigo, mucho más que otros grupos animales que se ven afectados por atropellos.
Y ya aprovecho para recomendaros este blog, que siempre tiene herpetoartículos muy interesantes!