Seguro que más de uno cuando a estado en una zona natural protegida, bien sea una reserva de fauna, un parque nacional, zona de especial protección, etc.; se ha encontrado con una señal que le prohíbe circular por las zonas que no estén marcadas como tal, bien sea pasarela, senderos, puentes, …
Cuando esto ocurre la mayoría de nosotros nos ceñimos al recorrido marcado, muy a nuestro pesar , ya que entendemos que ir fuera del mismo alteraría a los animales y el suelo de la zona, pero siempre hay algún “valiente” que se sale y decide crear sus propias rutas.
Este tipo de “valientes” son los que se justifican diciendo frases como “total por uno que pase”, “por hacer esto no pasa nada”, “la vegetación recupera en un par de días”, etc.
Para que todos veáis lo que hace el paso de un humano o de unos cientos, como por ejemplo en pleno Agosto en las Islas Cíes, os dejo el video de un par de japoneses que en solo 5 días corriendo en la misma zona de un parque consiguieron hacer su propio camino.
Por lo tanto cuando estemos en la naturaleza podemos hacer lo que dice el famoso poema de machado:
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Pero siempre respetándo los caminos marcados, el medio y a los que allí viven