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Evolución: conceptos clave

Antes de seguir hablando de evolución, voy a hacer un post para aclarar conceptos y no liar a la gente. Es muy común que cuando se habla de evolución se empleen expresiones y conceptos que es fácil entender de una forma equivocada, por lo que vamos a intentar dejar unas cuantas cosas claras antes de seguir.

En primer lugar, mucha gente tiende a pensar que cuando hablamos de evolución por medio de selección natural los organismos son una parte activa, o la naturaleza actúa como una gran ingeniera. La selección natural no tiene previsión alguna. Simplemente  unos individuos prosperan o no en función del ambiente circundante. Para que esto suceda debe haber variabilidad (si todos los individuos fueran iguales sería imposible que existiera selección natural) y esta variabilidad ocurre de un modo aleatorio (ya veremos en los siguientes post los mecanismos que provocan esta variabilidad). Cuando hablamos de comportamientos animales en muchos casos les otorgamos capacidad de raciocinio al decir que un determinado animal hace algo porque así lo favorece la selección, como si fuera un acto consciente, cuando en realidad deberíamos decir que ese  animal se comporta así porque su composición genética así lo determina, y por ello se ve favorecido por las condiciones del entorno.

Otra cosa que se hace difícil de entender es cómo se originan estructuras complejas que si estuvieran incompletas no tendrían funcionalidad. Por ejemplo, ¿cómo se puede llegar a una estructura como un ala o un ojo, si un ala o un ojo incompletos no sirven para nada? Esto ocurre porque en muchas estructuras nos parece inverosímil que un intermediario tenga funcionalidad, pero en realidad sí que tuvo que aportar algún tipo de ventaja, en muchos casos no relacionada con la función final de la estructura. Por ejemplo, hablando del ala, se cree que las plumas aportaban ventaja al principio como aislantes térmicos. Con el tiempo los ancestros de las aves obtendrían quizás ventaja al desplazarse de árbol en árbol y el sistema de vuelo surgió y fue mejorando gracias a que la evolución se enfocó en ese sentido. Al decir «función final de la estructura» se comete un error, debería expresarse como «la función de la estructura en esa especie y en este momento». Por ejemplo, los pingüinos tienen alas que utilizan para nadar y que sus ancestros utilizaron en algún momento para volar (en el futuro quizás en los descendientes de los pingüinos las alas habrán evolucionado hacia cavar hoyos o hurgar entre la basura…).

Es importante saber que evolución no significa progreso. Las poblaciones simplemente están adaptadas al ambiente circundante en un determinado momento, sin ser por ello mejores o peores que sus descendientes o sus ancestros, que estarán y estuvieron adaptados a su entorno. En las siguientes generaciones el ambiente puede cambiar y lo que antes fue bueno ahora no serlo tanto. Este concepto solemos aplicarlo sobre todo a nosotros mismos: se suele escuchar que los humanos somos la cumbre de la evolución, que a partir de células simples la evolución fue mejorando a través de especies cada vez más complejas hasta llegar a nosotros. En realidad ninguno de los organismos actuales es nuestro ancestro. Cada una de las especies actuales tiene su propia historia evolutiva, y ninguna es una forma inferior de vida o un ancestro nuestro. Es por eso por lo que se suele representar la evolución como un árbol ramificado, en el que las puntas de las ramas son las especies actuales.

La imágen del árbol está tomada del Tree of life web proyect

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