Esta imágen, ganadora del premio a mejor fotografía mundial en categoría juvenil (Veolia Environnement Young Wildlife Photographer of the Year – Young Overall Winner), me reconforta doblemente. Una porque se ve «posible» y otra porque fue hecha con «mi» cámara.
Fue tomada con una Nikon D300, un objetivo 200-400mm f4 (que aún no tengo) a 1/1000 a F5,6 e ISo de 500.
El trabajo tampoco fue tan agotador como el de José Luis Rodríguez, ya que fue tomada en el patio de la casa del autor.
Ojo, no quito mérito, al contrario. Lo que quiero decir es que muchas veces nos vamos a monte, montaña o a lugares lejanos y la imágen está a mano.
Fergus Gill simplemente preparó fuentes de alimentación, con mucha avena y esperó.
En verano había trabajado en el granero de un vecino y había observado como las aves (yelowhammers) revoloteaban sin cesar y se acercaban sin miedos, con tal de coger semillas.
Asi que cuando cayeron las primeras nieves, aprovechando que son aves que no suelen migrar y que hacen sus nidos en setos y árboles bajos cercanos a las casas, puso los cebos. En un rato, tenía lleno el jardin.
Ese primer día solo estudió el comportamiento. Había de todo, giros, saltos, vuelos rápidos y disputas. Decidió centrarse en ello.
Al día siguiente un par de machos se disputaban unos granos y alli estuvo la foto.
¿Aquí, con que aves podríamos intentar algo similar?
Hola Sole, probablemente con cualquiera, aunque me temo que el invierno no es igual de duro y no sera tan espectacular. Pero probablemente con un comedero bien colocado tendras multitud de posibilidades. Saludos.
buenas, el bicho es un escribano cerillo, por aquí lo tengo visto muy de vez en cuando, pero hay otros escribanos como el montesino que es más típico verlos en algunas zonas. estoy de acuerdo con cesar un comedero en un lugar bueno podría dar resultados… en puebla se me ocurre el arenal de la corna, hay muchos pardillos, strildas, gorriones, tarabillas, chochín, etc… en santiago seguro que también habría alguna zona interesante pero no controlo…