Los Bloggers de Axena

Verle la cara al lobo

loboiberico
Fotos:Soledad Felloza
Antes de llegar a Antequera, viniendo del valle del Abdajalí uno se encuentra con los letreros que anuncian Lobo Park.
En el segundo número de Foto Naturaleza había leído un reportaje sobre fotografía controlada de lobos y pasar frente a uno de los escenarios, invitaba.
Pedi los permisos pertinentes y dos días mas tarde, me pegué un madrugón desde Cómpeta para llegar a la cita de las 11 de la mañana. Daniel Weigend y una de las guías, Summer, ya estaban por allí.
Una pareja de belgas recogía su perro. Daniel, entrenador y veterinario, suele pedirle a los dueños que le dejen los animales un día, los evalúa y en base a eso, decide cuantas horas necesita cada perro. «Aunque muchas veces son los dueños los que necesitan entrenamiento» dice entre risas, éste aleman que un día dejó el este de su país y se instaló en el corazón de Andalucía para dedicarse al animal que mas ama. El lobo.
El entrenamiento de perros, los visitantes y las donaciones mantienen el lugar.
Debo reconocer que al llegar me dio una pizca de pavor. Miedo a estar en un «zoológico» de lobos preparado para divertir turistas. Pero cuando hablas con el personal y ves a Daniel, entiendes que detras de éste proyecto privado hay una filosofía de respeto y cariño que deberían seguir muchas instituciones públicas.
Mas de cuarenta hectáreas, divididas en cuatro grandes espacios, amén de un parque con espacios mas reducidos para lobos con heridas, enfermos o cruzados con perros que en Lobo Park intentan salvar.
Cuatro especies de lobos hay aqui,Timber, Ibérico, Europeo y de la Tundra de Alaska.
Llegan desde parques, reservas, requisas de zoológicos clandestinos, circos y en muchos casos son acercados por guardias o civiles que encuentran crías o lobos heridos por los cazadores .
En un recinto, un lobo con una encefalopatía que caracteríza a los animales que han permanecido en cautiverio mucho tiempo, camina de un lado al otro cubriendo solo unos pocos metros (los que antiguamente tuvo su jaula) aqui se le está tratando para recuperarlo. No se le puede ver de cerca.
Tampoco a los lobos rusos, ya que hay una loba en celo. Apenas les distingo en lo alto del monte.

Daniel trata con amor a cada uno de sus «heridos» se enoja con la gente que cruza lobos con perros, solo por tener «un mejor guardián» desconociendo el daño que le hacen al animal. En un recinto dos «bebés» de 11 meses que ya miden mas de 1 metro y pesan como un hombre, dan muestras de las extrañezas que estas cosas pueden hacer. El personal desconoce hasta cuando crecerán, nunca se ha visto una cruza de huskys, con lobo y algo mas que no logran precisar.

En otro recinto, Kaya, una loba de la Tundra que nació ciega y con malformaciones, la manada la estaba por matar cuando fue salvada por un guardia que la envió a Lobo Park. Aqui ha encontrado una nueva vida.
A los lobitos huérfanos Daniel les reserva la parte de abajo de su casa. Alli se «sociabilizan» manteniendo su instinto de supervivencia y defensa. Asi luego se integran con cierta normalidad a la manada.
Me advierten que por ser un día de viento tal vez no haya suerte a la hora de ver las manadas, ya que nos percibirán antes. Asi y todo Summer y yo subimos la ladera.

No sin antes saludar a Manzana, una zorra que trajo un guardia civil herida y pequeñita. En la granja escuela hay mas animales que forman parte de una escuela de formación infantil. Pero yo quiero ver lobos y hacia alli vamos.

El lobo alfa de la manada Timber y otro ejemplar, dormitan bajo unos alcornocales, pero ni bien nos ven acercar se pierden entre los arbustos.

A lo lejos distingo lobos ibéricos.

Aguardamos. Summer me cuenta en voz baja sus proyectos de inglesa enamorada del sol de Andalucía. Yo contengo la respiración esperando que alguno se deje ver en el claro que hay cerca del abrevadero.

Asi apareció la foto que comienza el post.
Los lobos de la Tundra, son preciosos.

Por encima de nuestras cabezas, pasan buitres. Pero hoy mi atención está en esos ojos.

Me fui en silencio. No había nada mas que decir.

Fotografía controlada: Se llama asi a las fotografías de animales tomadas en el marco de zafaris, reservas o espacios de preservación que permiten ver los animales en un habitat bastante similar al suyo, en libertad, pero con ciertas fronteras. Fronteras que van desde una jaula pequeña a un espacio con límites lejanos, como en éste caso, lo que no garantiza la obtención de la fotografía. En éste caso algo de suerte hubo

Nikon D80. Sigma 70-300mm

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