Los Bloggers de Axena

Manual de supervivencia: Conocer el terreno

Como ya se dijo antes, el conocer otorga poder. Mucha gente no sabe lo importante que puede llegar a ser el mero hecho de conocer mínimamente la zona que vamos a explorar.

Si podemos llevar con nosotros un mapa, estupendo; siempre que el mapa sea bastante actual, claro y con suficientes detalles para ser verdaderamente útil: deberá incluir, por lo menos, planos topográficos, cursos de ríos, poblaciones, carreteras (autopistas, principales, comarcales y pistas forestales) y una referencia sobre las distancias.

Y ya puestos a pedir, unas coordenadas UTM no estarían de más (sobre cómo leer mapas e interpretarlos trataremos en otro tema). Conocer el terreno sobre el que nos vamos a mover nos hará ir “un paso por delante” y sobrellevar de un modo más intuitivo la situación que nos encontremos.

En el caso de no poder llevar el mapa con nosotros (por los motivos que sean), siempre es bueno memorizar un par de puntos de referencia: un lago, una montaña, un río, molinos abandonados, etc. Todo vale con tal de hacernos una idea aproximada de dónde estamos y qué dirección debemos tomar para encontrar la salida.

Pensad que un punto elevado permite un mayor campo de visión y orientación; y que un río debe llevar a alguna parte si seguimos aguas abajo (una aldea, una presa, una ciudad, un puente…). Está claro que nunca se podrá conocer en su totalidad una zona, ya que (y ahí radica parte de su belleza) la naturaleza está en constante cambio y el paso de un par de semanas puede borrar un rastro o un pequeño sendero.

Salir de la versión móvil